¿QUIÉN GUARDA CON EXTREMA SOLEMNIDAD EL CULTO EN CRISTO?

•  La Biblia dice: Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido que buscara a Dios. 
• Todos se desviaron a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
• La gloria y la honra a nuestro Señor Jesucristo, han de ser extremas en todos los cultos;
• ninguna conducta fatua, trivializará el sagrado culto. 
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• La Biblia enseña: Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
• Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargűir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 
• Oh mi Cristo, Tú nos has llevado de las tinieblas a tu admirable luz, 
• para ser verdaderos heraldos del Evangelio de la gracia.
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• Oh Cordero inmolado, en tu nombre que es sobre todo nombre, la Palabra predicamos.
• Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios. 
• La reverencia ha de ser intachable con el Señor, en todos nuestros argumentos, 
• y en todas las vicisitudes donde estemos involucrados.
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• Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. 
• Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová. 
• Únicamente, oh Omnipotente Redentor, en ti se cumplen las proféticas promesas;
• y en tu gran misericordia, nuestro corazón concernido está. 
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• Jesús, dijo: Sed santos, porque yo soy santo.
• Por nuestra inercia pecaminosa, en el tribunal de Cristo seremos juzgados.
• Necesitamos perentoriamente sabiduría de lo alto, 
• para traspasar, en el nombre de Jesús, el umbral de los bienaventurados. 
•                      Paz de Cristo