PROVERBIOS 1:29-33 EN CRISTO

• Por cuanto aborrecieron la sabiduría, y no escogieron el temor de Jehová, ni quisieron su consejo, y menospreciaron toda reprensión mía, comerán del fruto de su camino, y serán hastiados de sus propios consejos. 
• Porque el desvío de los ignorantes los matará, y la prosperidad de los necios los echará a perder; mas el que me oyere, habitará confiadamente y vivirá tranquilo, sin temor del mal. 
• Oh Cristo Redentor, no tocaste con tu excelso amor, el pétreo corazón de los inicuos;
• y nunca advirtieron, que Tú eres el Todopoderoso Señor y Salvador celestial.
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• Jesús, dijo: Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 
• Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 
• Esta es la buena dádiva, oh Señor,
• para el que ha creído en tu santo Evangelio. 
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• Jesús, enseña: Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge toda clase de peces; y una vez llena, la saca a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.
• Así será el fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. 
• Oh Fiel y Verdadero, tu justicia es perfecta;
• y no se jactarán de haberla burlado, las almas disolutas e irreverentes.
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• Jesús, asevera: He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. 
• Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. 
• La espada del Espíritu es su Palabra, 
• y con ella juzgará, sin ninguna prerrogativa, tanto al judío como al griego. 
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• La Biblia constata: El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
• Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. 
• Oh Alto y Sublime, el genuino arrepentimiento del ser humano, es un incomparable prodigio;
• y le es propicio, oh Rey de reyes, al que persevera en tu santísima senda.
•                   Paz de Cristo