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martes, 16 de marzo de 2021

SALMO 62:9,10 EN CRISTO

  • Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos del varón; pesándolos a todos igualmente en la balanza, serán menos que nada.
  • No confiéis en la violencia, ni en la rapiña; no os envanezcáis; si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas. 
  • Oh Cristo, el ser humano, de la superficialidad, hace indefinición de su morada;
  • porque sus ideales se apoyan en cosas superfluas. 

  • La Biblia dice: Ciertamente las muchas palabras multiplican la vanidad. ¿Qué más tiene el hombre?
  • Porque ¿quién sabe cuál es el bien del hombre en la vida, todos los días de la vida de su vanidad, los cuales él pasa como sombra? Porque ¿quién enseñará al hombre qué será después de él debajo del sol?
  • Oh Rey de reyes, al atribulado, le revertirán los ayes consecuentemente,
  • cuando por su imprudencia le gobierne el Seol.

  • La Biblia enseña: Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen de él. 
  • Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.
  • Oh Señor de señores, Tú has dado a cada uno de tus hijos un glorioso nivel de fe;
  • y los que en ella perseveren, se habrán santificado en ti.

  • La Biblia asevera: Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. 
  • Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila. 
  • Oh Fiel y Verdadero, por tu Sagrada Escritura hemos sido instruidos;
  • y porque sabemos que Tú habitas la eternidad, creeremos en los inverosímiles prodigios que tu excelsa diestra haga. 

  • Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en los cielos y en la tierra.
  • Por tanto id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. 
  • Y es que, únicamente el Señor Jesús es el que salva;
  • porque no hay otro nombre dado a los hombres, en el que las almas se glorifiquen. 
  •                           Paz de Cristo 

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