EL QUE NO AMA A SU HERMANO, SE PROVEE DE UN FALSO AMOR AL TODOPODEROSO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO

• Jesús, dijo: Oísteis que fue dicho: Amarás a tu projimo, y aborrecerás a tu enemigo.
• Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; 
• para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos.
• Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?
• Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen así también los gentiles?
• Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. 
• Oh mi Cristo, no acatamos, sino lo espurío;
• porque nuestro inicuos hechos, de los preceptos bíblicos se desdicen.
• Y es que, nuestro arsenal de insolentes insultos, 
• nos hacen cada vez más vanos.
• Y por la senda errática, deambulamos con nuestras obscenidades viles;
• ¿no será, que con nuestra conducta harto pecaminosa, pensamos ilusoriamente traspasar el umbral del cielo?
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• Jesús, enseña: En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y fariseos.
• Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen y no hacen.
• Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un  dedo quieren moverlas. 
• Oh Rey de reyes, diametralmente opuestos a la práctica de la ley, son los falsarios perversos;
• que por no ser hacedores de lo que predican, a quienes les escuchan envanecen, 
• al reincidir en sus ominosas actitudes contrapuestas.
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• Jesús, constata: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
• Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está muy lejos de mí. 
• Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. 
• Oh Señor Altísimo, 
• Tu eres el primero y el último, el principio y el fin.
• Sin embargo, los impostores farisaicos, oh Santo de Israel, nunca serán tus dignos e insignes adoradores. 
•          Paz de Cristo