EL CULMEN DE TU CORAZÓN ES AMAR FERVIENTEMENTE AL TODOPODEROSO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO

• La Biblia enseña: Deteneos y maravillaos; ofuscaos y cegaos; embriagaos, y no de vino; tambalead, y no de sidra. 
• Porque Jehová derramó sobre vosotros espíritu de sueño, y cerró los ojos de vuestros profetas, y puso velo sobre las cabezas de vuestros videntes.
• Y os será toda visión como palabra de libro sellado, el cual si dieren al que sabe leer, y le dijeren: Lee ahora esto; él diría: No puedo, porque está sellado.
• Y si se diere el libro al que no sabe leer, diciéndole: Lee ahora esto; él dirá: No sé leer.
• Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que le ha sido enseñado;
• por tanto, he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos. 
• ¡Ay de los que se esconden de Jehová, encubriendo el consejo, y sus obras están en tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, y quién nos conoce?!
• Vuestras perversidad ciertamente será reputada como el barro del alfarero. ¿Acaso la obra dirá a su hacedor: No me hizo? ¿Dirá la vasija de aquel que la ha formado: No entendió?
• Oh mi Cristo, desconocer la sabiduría de lo alto, nos llevará a rectar por el ancestral obscurantismo de la estéril vida.
• El ser humano se opuso a todo lo que le urgía a discernir los exhortos bíblicos sobresalientes. 
• Porque todo lo cretino a sido por el errático corazón sobrevalorado.
• Y abandonado a su suerte; de la bíblica verdad ha hecho desdén.
• De lo más contrario a vuestra existencia, os habéis revestido como un indigente deshauciado.
• Y por  lo más sórdido, fuisteis diabólicamente seducidos.
• ¿Por qué todo el que está inmerso en lo inmundo, piensa que no está en la más letal incertidumbre?
• Y el que no advirtiere que está en lo más falsario, ha de buscar con denuedo el rostro del Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, para ser un genuino  hijo de Dios. 
•             Paz de Cristo