LA REVELACIÓN PRIMIGENIA ESTÁ EN TU LUZ INACCESIBLE, OH CRISTO

• La Biblia enseña: Mas tú, hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. 
• Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. 
• Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, 
• que guardes el mandamiento sin mácula, ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, 
• la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, 
• El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. 
• A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. 
• Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos;
• atesorando para sí buen fundamento para lo porvenir, que echen mano de la vida eterna. 
• Oh mi Cristo, sólo en tu eterna gloria existe meridiana e inmarcesible certidumbre. 
• Sed imperterritos seguidores del Todopoderoso Señor Jesucristo, para sin fisuras estar a Él asidos.
• Si nos humillamos a los pies de Cristo; no dejaríamos cabos sueltos, para que pudiere intervenir la séptica letalidad del diablo.
• Porque el designio del Eterno, es que tu vivas para siempre en el Espíritu.
• Y es que, oh Cristo Redentor, postrados hemos de estar a tus santísimos pies,
• para traspasar el umbral de tu luz inaccesible, para que seamos dignos de entrar en la eternidad del Edén.
• En el Soberano Señor Jesucristo, jamás seremos deficitarios de sus riquezas en gloria; si hasta el fin a Él nos sometieremos.
• Y sed agradecidos, por la gracia recibida, a pesar de nuestros paupérrimos méritos;
• que es lo más anhelamos del Omnipotente Señor Jesucristo, que del universo es el primero y el último el Alfa y la Omega.
•           Paz de Cristo