RESISTID ANTE EL LETAL ABISMO DEL DIABLO, EN EL SANTO NOMBRE DEL TODOPODEROSO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO

• La Biblia enseña: Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. 
• Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.
• De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia; 
• porque del Señor es la tierra y sus plenitud. 
• Si algún incrédulo os invita, y queréis ir, de todo lo que os ponga delante comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia. 
• Mas si alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos; no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por motivos de conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud. 
• La conciencia, digo, no la suya, sino la del otro. Pues ¿por qué se ha de juzgar mi libertad por la conciencia de otro?
• Y si yo con agradecimiento participio, ¿por qué he de ser censurado por aquello de que doy gracias?
• Si, pues, coméis bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. 
• No seáis tropiezo, ni a judío, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios;
• como yo también en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.
• Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo. 
• Oh mi Cristo, nuestra conducta nunca podrá ser irreprochable; porque será imposible seguir al pie de la letra tu Sagrada Escritura. 
• Aun disolviendo de nuestro ser toda maldad, obraremos en precario respecto de la sublime verdad que emana del Espíritu Santo.
•  Buscad el rostro del Omnipotente con solemnidad, para ser revestidos con su clemencia. 
• Ante tu santuario de excelencia, nada podremos aportar, oh Cristo Jesús. 
• Dad inconmensurable valor a la provisión del gran Yo Soy, desechando toda displicencia.
• Deshaced el ancestral obscurantismo, para ser probos hijos de la luz.
• Sed antagonistas extremos de la bileza execrable, guardándote de la perversidad de lo obsceno.
• Y raed de vuestra alma toda vana impostura, que subyace de vuestras arrogancias.
• Todos vuestros pasos han de discurrir por las irreprensibles sendas, para que vuestra indeleble huella muestre la santidad de los siervos consagrados. 
• Y que, vuestro celo por la Palabra Sagrada, sirva de emulación a los que habrán de ser santificados;
• y sea su arrepentimiento espiritual sin fingimientos.
• Postrandose a tus pies, oh Sumo Redentor, con quebrantamiento de espíritu. 
•           Paz de Cristo