LA SÉPTICA PERCEPCIÓN DEL SER HUMANO DISTORSIONA EL PROPÓSITO ETERNO DEL TODOPODEROSO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO

• La Biblia enseña: Y puestos en libertad, vinieron a los suyos, y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. 
• Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay;
• que por boca de David tú siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas?
• Se reunieron los reyes de la tierra, y los príncipes se juntaron en uno contra el Señor, y contra su Cristo.
• Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel,
• para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera.
• Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con denuedo hablen tu palabra, 
• mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. 
• Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios. 
• Oh mi Cristo, las hordas paganas, refutan el camino, la verdad y la vida del Santo Espíritu, desconociendo que penden del abismo.
• Y es que, a los falsarios hacemos caso. Pero al Rey de reyes que ha venido a salvar nuestra alma, le despreciamos con blasfemias a día de hoy;
• y con nuestro hedor, queremos perfumar las aberraciones mundanas. 
• Y se reunieron los que entonces gobernaban, para cercenar el poder Cristocéntrico.
• Y todas las bíblicas profecías se cumplieron en el autor y consumador de la fe,
• que por su prescencia, el Señor mismo sostuviera.
• Es tu pensamiento de eternidad, el que subscribe presente, pasado y futuro en la Escritura Sagrada;
• pero su revelación se hará de facto, oh Señor, al que traspasare el umbral de tu inaccesible luz.
• Y temblaron las paredes del recinto, cuando recibieron la llenura del Espíritu Santo, que revistió de suma gracia a los discípulos consagrados. 
•          Paz de Cristo