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domingo, 20 de abril de 2025

EL EXECRABLE INCUMPLIMIENTO DEL EVANGELIO SUME A LOS SERES HUMANOS EN EL INFIERNO, OH CRISTO

  • La Biblia enseña: Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstante, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición. 
  • Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad,
  • y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta.
  • Éstos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la más densa oscuridad está reservada para siempre. 
  • Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error.
  • Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció. 
  • Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. 
  • Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del Santo mandamiento que les fue dado.
  • Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno. 
  • Oh mi Cristo, los falsos siervos se han visto involucrados en la perversión. 
  • Y han encallado en el mar de la iniquidad,
  • que el asna con voz humana, dio orientación para transitar por la estrecha vereda.
  • Y en la disolución, se ven inmersos de forma recurrente.
  • Son trapos de inmundicia, que únicamente osan contaminar a las almas conversas del gran Dios.
  • Y practican la asechanza del diablo, para llevar al pusilánime de espíritu, a la tétrica sepultura del abyecto que le convenció. 
  • Las malditas consecuencias de su impostura, se abren paso en el cenagoso fango más séptico. 
  • Su máscara dio visibilidad a su alma siniestra, siendo al fin la antítesis del siervo bienaventurado.
  • Y estas hordas de profanos, ya tan sólo penden del tenebroso infierno.
  •              Paz de Cristo 

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