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domingo, 13 de abril de 2025

LA PUREZA, ÚNICAMENTE SE HA HECHO MANIFIESTA EN EL TODOPODEROSO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO

  • La Biblia enseña: Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados;
  • pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 
  • de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; 
  • porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.
  • Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho:
  • Éste es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré, 
  • y añade: y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.
  • Pues donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado.
  • Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 
  • por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a traves del velo, esto es, de su carne,
  • y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,
  • acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
  • Mantengamos firmes, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 
  • Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 
  • no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuándo veis que aquel día se acerca.
  • Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 
  • sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. 
  • El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o tres testigos muere irremisiblemente. 
  • ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?
  • Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo.
  • ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!
  • Pero traed a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de padecimientos;
  • por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo; y por otra, llegasteis a ser compañeros de los que estaban en situación semejante. 
  • Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos.
  • No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón;
  • porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
  • Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará. 
  • Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere no agradará a mi alma.
  • Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.
  • Oh mi Cristo, exclusivamente Tú, has provisto de gracia a los bienaventurados;
  • porque con tu perfecto sacrificio, redimiste a toda la humanidad de sus pecados,
  • y aun los más ancestrales, 
  • también fueron  justificados.
  • Porque es tu poder Cristocéntrico, 
  • el que toda inmundicia deshiciere. 
  • Y es que, todo intrusismo del diablo, oh Señor, tu excelsa diestra lo raerá con sus celestiales bendiciones. 
  • Y para que en el día postrero seas por el Santo de Israel arrebatado,
  • habrás de vivir en el Espíritu.
  • Has de tener conocimiento bíblico del que tiene potestad para salvarte,
  • y morarás por la eternidad con Él en los celestiales aposentos,
  • con calles de áurea arquitectura. 
  • Y sabemos por la inconmensurable fe, que el Hijo del Hombre nos hizo nuevas criaturas, y por lo mismo nos redimió.
  • Ten plena convicción de salvar a las almas atribuladas,
  • evangelizando hasta lo último de la tierra.
  • En el desistimiento de pecar, están inmersos los que por Dios han sido tocados,
  • y muestran un extremo celo bíblico en los discipulados.
  • Según la ley mosaica, todo el que con testigos estaba implicado en su violación, se desoia la clemencia en su muerte inminente. 
  • ¿Cómo se podrá definir el juicio eterno, cuando se ha hecho un execrable escarnio de la preciosa sangre del Cristo Jesús, haciendo de su muerte, y muerte de cruz, una ignominiosa falacia?
  • Porque de Dios será la venganza suprema. Y por su omnisciencia, todo quedará finalmente resuelto. 
  • ¡La congoja no será medible en el alma del inicuo, cuando el gran Yo Soy, haga el justo dictamen que proceda de su eterno juicio!
  • Pero ya no será recordado por los hijos de Dios, las amenazas e intimidaciones a las estuvieron sujetos,
  • cuyo espectáculos ociosos se transformaban en la perversion del estigma más lacerante. 
  • Pero ante estas hordas profanas; se imponía nuestra Jerusalén sobrenatural, como morada de sus incorruptibles siervos. 
  • Y porque nos hemos asido a la Cristocéntrica salvación;
  • nada será imposible para su excelsa diestra.
  • Y veremos, oh Señor, tu santa faz.
  • Y es que, Tú, oh Sumo Redentor, eres el que únicamente nos ama.
  • Y postrados a tus santísimos pies, oh Rey de la gloria, viviremos eternamente en tu bendita gracia.
  •           Paz de Cristo 

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