Con la perversa máscara del anticristo,
disfraza su alma el mundo.
Tenebroso anatema del incircunciso,
edificado en lo nauseabundo.
Oh Cristo, que tu Omnisciencia
dé Luz al corazón.
Derrama sobre toda carne el Óleo Sato, que nos unja con su Sagrada esencia,
para ser dignos discípulos de tu bendición.
El aprendizaje errático,
perpetúa la maldad.
Oh Todopoderoso Jesucristo,
ven a por tu Iglesia Santa, consagrada en la Verdad.
Oh Cristo Jesús, sojuzgados por el abyecto anatema,
la fortaleza de tu gozo es nuestra blindada protección.
Arrepentios de la execrable blasfemia;
y vestidos de lino blanco, asistid a la Santa Cena de Salvación.
Oh mi Señor y Salvador Jesucristo, por tu Sangre Preciosa derramada en la cruz del Calvario,
fuimos limpios del anatema.
De Gracia recibimos el antídoto, que apaga todo pecado incendiario.
Propicia en tus hijos, oh Redentor, la simiente Santa, que preserve en el alfolí la inmarcesible pureza del alma Eterna.
Paz de Cristo
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