Oh Cristo, el pensamiento doctrinal ignominioso,
se manifiesta en las antípodas de la Santidad.
Predispuesto está el incircunciso,
que ha sumido su vida en la iniquidad.
Oh Cristo Jesús, apresurados van los pies a la contienda,
si no guardan tu Evangelio.
El ensañamiento es su prevenda,
tenebroso acuerdo del sacrilegio.
Oh Señor Jesucristo, el impío
se jacta de su mediocridad.
De lo indigno se ha revestido,
alardeando de tal infatuidad.
Oh Rey de reyes, haz llegar tu resplandor
al corazón errático.
Y vístelo de tu impoluto amor,
que da un poder mayestático.
Oh Señor de señores, la Gloria
es el Santísimo Lugar de los escogidos.
Oh Dios, borra nuestros pecados de tu memoria;
y de Gracia tendremos el Eterno galardón de ser tus hijos.
Paz de Cristo
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