En la trastienda de la noche, oh Cristo,
elevo a tus pies Santos mi plegaria.
Y concernido en la Verdad del Santo Espíritu,
serás mi proteccion por largos días en la terrenal morada.
Oh Señor Jesús, tu Sagrada llaga,
sanó toda enfermedad espiritual y física.
Que nuestro clamor deshaga
de las tinieblas, toda obscuridad de su asechanza maldita.
Oh Señor Jesucristo, que se haga tu voluntad,
en la Tierra y en el Cielo.
Si delante del Trono de la Gracia has de juzgar mi alma, que tu misericordia no se acuerde de mi maldad.
Y guárdame en la Jerusalén del Nuevo Reino.
Oh Señor Jesucristo, tu Preciosa Sangre derramada en el Calvario,
es en la Era de la Gracia un Nuevo Pacto.
Oh Cordero Inmolado, Tú eres el último Sacrificio,
que nos dio Eterna Vida; porque el eco Eterno del latido de tu corazón en el Universo es Santo, Santo, Santo.
Oh Fiel y Verdadero, se estremece mi alma,
al sentir el privilegio de su Salvación.
Porque la Gloria es del que ama,
con la Palabra en el corazón.
Paz de Cristo
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