Excluyente de toda doblez,
es del niño el pensamiento.
Oh Cristo, tu verdad le guarda a su merced;
porque solo de su corazón es el santo reino.
Volved a vuestra infancia,
en el nombre de Jesús.
Candidez que emana con excelencia,
oh Señor, de tu admirable luz.
Su lúdica y desbordante imaginación,
surca la eternidad celestial.
Oh Cristo Jesús, tuya es la bendición,
que da gracia a su santidad angelical.
Retomad las riendas
del amor insospechado.
Oh Señor Jesús, en ti depuestas están las tinieblas,
para el bienaventurado.
En la certísima esperanza,
vive sus días la niñez.
Oh Señor Jesucristo, derrama tu Santo Espíritu sin tardanza,
que es de donde brota el sagrado manantial de la fe.
Paz de Cristo
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