Oh Cristo, libértanos del pecado oculto,
que perturba el alma.
El ojo es lampara del cuerpo;
y conserva la visión borrosa, que para el Templo del Espíritu es una inicua mancha.
Asumir la estatura del varón perfecto,
es el máximo indicador de pureza en el Señor Jesucristo.
Desconocido es el defecto,
para la Verdad del Santo Espíritu.
La parte no redimida del ser humano,
nos la mostraste, oh Cristo Jesús, en la cruz del Calvario.
No tuviste ningún reproche para el malvado;
tu boca solo pronunció, el perdón para el sicario.
El Señor Jesús, dijo: Devolved bien por mal.
La manifestación del maligno, es la secuela del rencor.
Y el Rey de reyes, dejó su Trono Celestial,
para deshacer las obras del desamor.
Oh Redentor, en la Tierra tu Evangelio
ha de cumplir, a través de tus discípulos, una principal misión:
acercar a las almas el Reino,
para su Salvación.
Paz de Cristo
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