- La Biblia dice: Saliste al encuentro del que con alegría hacía justicia, de los que se acordaban de ti en tus caminos; he aquí, tú te enojaste porque pecamos; en los pecados hemos perseverado por largo tiempo; ¿podremos Acaso ser salvos?
- Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.
- Nadie hay que invoque tu nombre, que se despierte para apoyarse en ti; por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades.
- Oh ni Cristo, hemos sido permeados,
- por las santísimas alas de tu sobrenatural viento;
- pero seguimos en el séptico refugio, de nuestras fatuas vanidades.
- Oh Santo de Israel,
- en tu prescencia,
- siempre tuviste el título de autor y consumador de la fe,
- para hacernos partícipes de la gloriosa excelencia.
- Oh Cordero inmolado,
- tu obra perfecta la consumaste en la cruz del Calvario.
- Sí, Tú fuiste el Hijo del Hombre crucificado,
- para dar redención al errático ser humano.
- Oh Fiel y Verdadero,
- la humanidad en su ceguera espiritual se cuestiona con absoluta indiferencia la veracidad,
- del cielo y el infierno;
- porque en el necio no ha lugar, oh Señor, a que eres el gran Yo Soy de la doctrina de Unicidad.
- Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo,
- sin fe nadie te puede agradar.
- Y es en la celosa lectura del Sagrado Escrito,
- donde, oh Eterno, la fuente de inagotable gracia, hasta lo más misterioso nos va a poder revelar.
- Paz de Cristo
viernes, 10 de marzo de 2023
EL INMUNDO NO ENTRARÁ EN EL REINO DE LOS CIELOS, OH CRISTO
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