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viernes, 10 de marzo de 2023

EL INMUNDO NO ENTRARÁ EN EL REINO DE LOS CIELOS, OH CRISTO

  • La Biblia dice: Saliste al encuentro del que con alegría hacía justicia, de los que se acordaban de ti en tus caminos; he aquí, tú te enojaste porque pecamos; en los pecados hemos perseverado por largo tiempo; ¿podremos Acaso ser salvos?
  • Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.
  • Nadie hay que invoque tu nombre, que se despierte para apoyarse en ti; por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades.
  • Oh ni Cristo, hemos sido permeados,
  • por las santísimas alas de tu sobrenatural viento;
  • pero seguimos en el séptico refugio, de nuestras fatuas vanidades.

  • Oh Santo de Israel, 
  • en tu prescencia,
  • siempre tuviste el título de autor y consumador de la fe,
  • para hacernos partícipes de la gloriosa excelencia.

  • Oh Cordero inmolado, 
  • tu obra perfecta la consumaste en la cruz del Calvario. 
  • Sí, Tú fuiste el Hijo del Hombre crucificado,
  • para dar redención al errático ser humano.

  • Oh Fiel y Verdadero, 
  • la humanidad en su ceguera espiritual se cuestiona con absoluta indiferencia la veracidad,
  • del cielo y el infierno;
  • porque en el necio no ha lugar, oh Señor, a que eres el gran Yo Soy de la doctrina de Unicidad. 

  • Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, 
  • sin fe nadie te puede agradar. 
  • Y es en la celosa lectura del Sagrado Escrito, 
  • donde, oh Eterno, la fuente de inagotable gracia, hasta lo más misterioso nos va a poder revelar.
  •                  Paz de Cristo 

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