- La Biblia dice: Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.
- Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial;
- pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos.
- Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.
- Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu.
- Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entretanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor
- (porque por fe andamos, no por vista);
- pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.
- Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables.
- Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
- Oh mi Cristo, todos tus siervos,
- estamos necesitados del poder espiritual,
- para ser tus verdaderos hijos.
- En tu santidad nuestra alma ha de estar concernida,
- oh Altísimo Cristo.
- Oh Omnipotente Redentor,
- asido ha de estar a la Sagrada Palabra,
- nuestro sobredimensionado candor.
- Y contar a los inconversos las glorias irrefutables,
- del Evangelio santo.
- Oh Cristo Redentor,
- los inmundos tildan de vano tu sacrificios en la cruz.
- Y es que, no saben que en tu excelso amor,
- esta nuestra eterna salvación, nuestra única y gloriosa luz.
- Oh Todopoderoso Jesucristo,
- presérvame de todo trapo de inmundicia.
- Y haz que a toda verdad me lleve el Santo Espíritu,
- para ser mi pronto auxilio, ante la execrable estulticia.
- Oh Santo,
- en tu sobrenatural diestra,
- nuestro devenir figura prodigiosamente escrito; para que cada uno, de gracia sea salvo,
- Oh Señor, con tu piadosa aquiescencia.
- Oh Eterno,
- con tu majestuoso poder,
- resistiremos al que nos quiere llevar al infierno.
- Y para tal fin, Oh Rey de reyes, en tu santo nombre indubitablemente hemos de creer.
- Paz de Cristo
jueves, 30 de marzo de 2023
MIRA SIEMPRE POR FE, Y NO POR VISTA EN CRISTO
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