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jueves, 30 de marzo de 2023

MIRA SIEMPRE POR FE, Y NO POR VISTA EN CRISTO

  • La Biblia dice: Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.
  • Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; 
  • pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos.
  • Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. 
  • Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. 
  • Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entretanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor 
  • (porque por fe andamos, no por vista);
  • pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. 
  • Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables.
  • Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
  • Oh mi Cristo, todos tus siervos, 
  • estamos necesitados del poder espiritual,
  • para ser tus verdaderos hijos.
  • En tu santidad nuestra alma ha de estar concernida,
  • oh Altísimo Cristo. 
  • Oh Omnipotente Redentor, 
  • asido ha de estar a la Sagrada Palabra,
  • nuestro sobredimensionado candor.
  • Y contar a los inconversos las glorias irrefutables,
  • del Evangelio santo. 

  • Oh Cristo Redentor, 
  • los inmundos tildan de vano tu sacrificios en la cruz. 
  • Y es que, no saben que en tu excelso amor,
  • esta nuestra eterna salvación, nuestra única y gloriosa luz.

  • Oh Todopoderoso Jesucristo, 
  • presérvame de todo trapo de inmundicia. 
  • Y haz que a toda verdad me lleve el Santo Espíritu, 
  • para ser mi pronto auxilio, ante la execrable estulticia. 

  • Oh Santo, 
  • en tu sobrenatural diestra,
  • nuestro devenir figura prodigiosamente escrito; para que cada uno, de gracia sea salvo,
  • Oh Señor, con tu piadosa aquiescencia.

  • Oh Eterno, 
  • con tu majestuoso poder, 
  • resistiremos al que nos quiere llevar al infierno.
  • Y para tal fin, Oh Rey de reyes, en tu santo nombre indubitablemente hemos de creer.
  •             Paz de Cristo 

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