Powered By Blogger

miércoles, 22 de marzo de 2023

TODA MALDAD LA TRANSFORMAS EN BONDAD, OH CRISTO

  • La Biblia dice: Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 
  • y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
  • De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocimos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. 
  • De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 
  • Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;
  • que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándole en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 
  • Así que somos embajadores en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
  • Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. 
  • Oh mi Cristo, porque todos los del mundo fueron,
  • a la salvación llamados.
  • Y en tu sacrificio de cruz al fin,
  • a ningún alma repruebas.
  • Y es que, oh Señor, en tu majestuoso perdón, 
  • nos redimiste de toda condenación. 
  • Y esto propiciarás a los siervos consagrados,
  • que profesaren por obra la fe.

  • Oh Cristo Redentor, 
  • todo lo predeterminaste, incluyendo el nuevo pacto de la gracia;
  • que se consumó por tu excelso amor,
  • con el derramamiento, en la cruz del Calvario, de tu preciosa sangre. 

  • Oh Santo, 
  • nadie podía reconciliar con el Padre al mundo, sino, el Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, el único Dios;
  • porque en Él no hubo pecado,
  • para redimir a las sépticas almas de sus ancestrales pecados. 

  • Oh Eterno, 
  • no hay lugar en el universo, desprovisto de tu omnipresencia. 
  • Y te bajaste del trono,
  • oh Sumo Hacedor, para que morásemos en tu eterna magnificencia. 

  • Oh Alto y Sublime, 
  • los cielos de los cielos no te pueden contener. 
  • Y el alma que no te tiene temor reverente,
  • es porque en tu glorioso nombre, no ha podido creer.
  •                  Paz de Cristo 

No hay comentarios:

Publicar un comentario