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viernes, 26 de abril de 2024

EN LA TIERRA ESTÉRIL, NUNCA HABRÁ FRUTO, OH CRISTO

  • La Biblia enseña: Juntándose una gran multitud, y los que de cada ciudad venían a él, les dijo por parábola: 
  • El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron.
  • Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad.
  • Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron.
  • Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno.
  • Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga.
  • Oh mi Cristo, cual grandioso es oír la buena nueva.
  • Y saber que una parte de las semillas, en los incrédulos que oían sucumbieron.
  • Otras semillas fueron asignadas; pero no fueron recibidas con las almas en santidad. 
  • Hubo semillas que no les fue fértil el lugar, porque en las almas obscuras no fructificaron.
  • Sin embargo, una preciosa semilla, se enseñoreó en las almas bendecidas, y dio su fruto hasta lo sumo.
  • Porque nada de lo que nos sucede, oh Señor, es factible fuera de tu espiritual obra.

  • Oh Santo de Israel, 
  • no ha lugar, sin la revelación de tu glorioso nombre,
  • recibir el don de la fe;
  • porque Tú eres el autor y consumador de la misma, oh Hijo del Hombre. 

  • Oh Santo, 
  • la Sagrada Palabra es una semilla eterna,
  • que derramas desde la sabiduría de lo alto; 
  • y de forma sobrenatural interioriza un siervo escogido, que al gran Yo soy con celo ferviente ama. 
  •         Paz de Cristo 

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