- Jesús, dijo: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
- Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
- El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creido en el unigénito Hijo de Dios.
- Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
- Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.
- Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
- Oh mi Cristo, nada obra fuera de la Sagrada Palabra;
- porque su revelación nos viene dada por el don de la fe.
- Y este es el punto de inflexión de los genuinamente santificados.
- Y es que, las prácticas profanas,
- en el engañoso corazón humano, se basan en obscenidades entenebrecidas,
- que obedecen a la obscura naturaleza de los paganos por el maligno seducidos.
- Oh Santo,
- no es factible la espiritual conversión,
- sin recibir de gracia la sabiduría de lo alto;
- para raer toda la ancestral inmundicia del disoluto corazón.
- Oh Cristo Redentor,
- tu muerte, y muerte de cruz en el Calvario;
- no pueden nunca asemejarse a la ignominiosa idolatría, de unas aberrantes y espurias estatuas, que se sustentan en la horrenda impostura del paganismo más extremo por su séptico hedor.
- Y que son diametralmente contrarias, oh Rey de la gloria, a la presencia de tu celestial y eterno santuario.
- Paz de Cristo
viernes, 5 de abril de 2024
LA IMPOSTURA DE LA SAGRADA PALABRA ES LA QUE DISCURRE INICUAMENTE POR EL IDOLÁTRICO MUNDO, OH CRISTO
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