- Jesús, dijo: No juzguéis, para que no seáis juzgados.
- Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.
- ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
- ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?
- ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.
- No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.
- Oh mi Cristo, todos los seres humanos, por una sola sangre hemos sido creados.
- Y nadie, excepto Dios, se puede arrogar el enjuiciamiento para el día postrero por Él previsto.
- Porque nuestro humano egoísmo es veleidoso;
- y obedece a lo espurio,
- lo que siempre aduce el profano,
- ante sus inicuas inventivas, que sumidas en la ciénaga del lodo nada esclarecen.
- Oh Rey de reyes y Señor de señores,
- gracias te damos,
- por tus misericordias y favores;
- y enturbiadas por nuestro precario juicio, una nimia parte, oh Eterno, de tus celestiales ofrendas aprovechamos.
- Oh Fiel y Verdadero,
- de tus bíblicos preceptos,
- nada nos es ajeno;
- pero sólo resplandecerán como las estrellas, los pobres en espíritu que se deben a tu excelsa diestra como genuinos siervos.
- Paz de Cristo
viernes, 26 de abril de 2024
ENJUICIANDO A ALGUIEN, ESTÁS ENJUICIANDOTE A TI MISMO EN CRISTO
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