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viernes, 26 de abril de 2024

ENJUICIANDO A ALGUIEN, ESTÁS ENJUICIANDOTE A TI MISMO EN CRISTO

  • Jesús, dijo: No juzguéis, para que no seáis juzgados.
  • Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.
  • ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
  • ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?
  • ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.
  • No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.
  • Oh mi Cristo, todos los seres humanos, por una sola sangre hemos sido creados.
  • Y nadie, excepto Dios, se puede arrogar el enjuiciamiento para el día postrero por Él previsto.
  • Porque nuestro humano egoísmo es veleidoso;
  • y obedece a lo espurio, 
  • lo que siempre aduce el profano,
  • ante sus inicuas inventivas, que sumidas en la ciénaga del lodo nada esclarecen.

  • Oh Rey de reyes y Señor de señores, 
  • gracias te damos,
  • por tus misericordias y favores; 
  • y enturbiadas por nuestro precario juicio, una nimia parte, oh Eterno, de tus celestiales ofrendas aprovechamos.

  • Oh Fiel y Verdadero, 
  • de tus bíblicos preceptos, 
  • nada nos es ajeno;
  • pero sólo resplandecerán como las estrellas, los pobres en espíritu que se deben a tu excelsa diestra como genuinos siervos. 
  •        Paz de Cristo 

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