- La Biblia enseña: Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa.
- Ésta tenía una hermana que se llamaba Maria, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.
- Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que ne ayude.
- Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada estás con muchas cosas.
- Pero una cosa es necesaria; y Maria ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
- Oh mi Cristo, la desmesura en tu bendición se palpa,
- cuando en nuestro espíritu recibimos de gracia.
- Porque ante la voluntad del Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, no hay nada comparable;
- y es que, todas tus acciones se tornan gloriosas,
- con un alma exultante y bienaventurada.
- La Biblia constata: Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea.
- Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos
- y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!
- Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados.
- Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz,
- y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano.
- Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?
- ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino éste extrajeron?
- Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.
- Oh Alfa y Omega,
- tus milagros obran también, para los que malviven en los recónditos destierros;
- porque al verte, oh Cristo Jesús, se les encandilan sus rostros.
- Oh Santo, Tú obras de facto en los que se postran a tus pies, aun estando desahuciados.
- Sin embargo, no son muchos los agradecidos, porque a tu excelso poder, oh Rey de reyes, no le dan valor.
- Pero, siempre hay alguno de los que recibió tu milagro, oh Señor, que te dio las gracias, porque se regocijó en tu bendita gloria de estar sano.
- La pregunta de Jesús, es un sinsentido, para los que nunca contestan;
- y no incidiendo más en su pregunta perdida, (a los nueve en este caso);
- manifestó al siervo agradecido por la milagrosa sanación, que por su fidelidad, ya era bienaventurado.
- Oh Eterno,
- Tú incesantemente has hecho gloriosos llamados a nuestra alma errática,
- para despojarnos de la herencia pecaminosa que nos legó el inmundo tiempo;
- pero espirituales gracias te doy, oh Rey de la gloria, por raer de mi existencia, la ancestral y obscura inercia séptica.
- Paz de Cristo
martes, 2 de abril de 2024
PARA POSTRARNOS FERVIENTEMENTE A TUS BENDITOS PIES, HA HABIDO UN SINNUMERO DE SEÑALES Y PRODIGIOS DE LOS QUE HEMOS HECHO CASO OMISO, OH CRISTO JESÚS
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