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lunes, 16 de diciembre de 2024

CON HUMILDAD Y MANSEDUMBRE TE PERFECCIONARÁS EN EL TODOPODEROSO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO

  • La Biblia enseña: Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, 
  • con toda humildad y mansedumbre, soportandoos con paciencia los unos a los otros con amor;
  • solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vinculo de la paz;
  • un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 
  • Un Señor, una fe, un bautismo, 
  • un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y en todos.
  • Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. 
  • Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres.
  • Y eso que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?
  • El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.
  • Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros pastores y maestros,
  • a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 
  • hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
  • Oh mi Cristo, el gran propósito de tus probos discípulos, se traduce en ser bienaventurados. 
  • Y exhortarán el Evangelio de la gracia con inconmensurable fervor, 
  • e indubitable fidelidad;
  • no rehuyendo nunca su exponencial y piadoso perdón. 
  • Estableciendo la doctrina de Unicidad del Dios único, nuestro Señor Jesucristo,
  • para vivir en la eterna morada santificados. 
  • Y postrados eternamente a los pies del Altísimo. 
  • Porque únicamente tuyas, oh Rey de la gloria, son las celestiales bendiciones. 
  • Siendo predestinados, oh Santo, por tu sobrenatural diestra.
  • Y es tu omnipresencia, oh gran Dios, la que con su bendito designio, desde antes de la fundación del mundo nos ha guardado.
  • Y por la gracia del Omnipotente, somos investidos como genuinos heraldos,
  • por su Majestad y Señorío, 
  • Y así poder morar contigo, oh Sumo Redentor, en el eterno e incomparable paraíso.
  •            Paz de Cristo 

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