TODO EL UNIVERSO LO HAS MEDIDO INFINITESIMALMENTE, OH CRISTO

• La Biblia enseña: Oh Jehová, tú me has examinado y conocido.
• Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. 
• Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos.
• Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. 
• Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano.
• Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender. 
• ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?
• Si sugiere a los cielos, allí estas tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
• Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar,
• aún allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.
• Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. 
• Aun la tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz. 
• Oh mi Cristo, a un número de imperecederos seres humanos has escogido.
• Y no harán nunca desden de tus bíblicos preceptos. 
• Lo probos discípulos, con tus grandiosos designios han sido bendecidos.
• Por tu gloriosa omnisciencia, la misericordia que profesas a tus auténticos heraldos es primorosa.
• Esculpido esta el nombre de tus irreprensibles siervos, en el celestial satuario.
• Tus milagros, oh Cristo Jesús,  no revierten en la razón humana, sino en su inconmensurable fe.
• Es en la inaccesible luz, de donde emana tu Cristocéntrica esencia.
• Porque en los lugares más ignotos, oh Eterno, aflora el agua viva de las espiritualidad cabal.
• De tu gracia, oh Santo de Israel, subyace la bendita forma de amar;
• y es que, en tu ministerio exeso, se desbordó el amor sobrenatural sobre la tierra. 
• Porque lo claro y lo obscuro, oh gran Dios, se desmoronan ante tu sublime fin.
• Porque tuya, oh gran Yo Soy, es la eterna e inescrutable plenitud. 
•             Paz de Cristo