- Volvió el ángel que hablaba conmigo, y me despertó, como un hombre que es despertado de su sueño.
- Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelabro todo de oro, con un depósito encima, y sus siete lámparas encima del candelabro, y siete tubos para las lámparas que están encima de él;
- y junto a él dos olivos, el uno a la derecha del depósito, y el otro a su izquierda.
- Proseguí y hablé, diciendo a aque angel que hablaba conmigo: ¿Qué es esto, señor mío?
- Y el ángel que hablaba conmigo respondió y me dijo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: No, Señor mío.
- Entonces respondió y me habló diciendo: Éste es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.
- ¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel será reducido a llanura; él sacará la primera piedra con aclaraciones de: Gracia, gracia a ella.
- Y vino palabra de Jehová a mí, diciendo:
- Las manos de Zorobabel echarán el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros.
- Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Estos son los siete ojos de Jehová, que recorren toda la tierra.
- Hablé más, y le dije: ¿Qué significan estos dos olivos a la derecha del candelabro y a su izquierda?
- Hablé aún de nuevo, y le dije: ¿Qué significan las dos ramas de olivo que por medio de dos tubos de oro vierten de sí aceite como oro?
- Y me respondió diciendo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: Señor mío, no.
- Y él dijo: Estos son los dos ungidos que me están delante del Señor de toda la tierra.
- Oh mi Cristo, de la gracia recibida en la tierra, habla indefectiblemente el cielo.
- El candelabro de siete brazos que se ve,
- obedece a los siete espíritus de Dios, que ven hasta lo más recóndito de la tierra.
- Todo lo evaluado era para el ser humano algo incógnito,
- porque estableció la base eterna de sus principios bíblicos.
- Y la bíblica revelación, describe la Majestad y Señorío del Dios Soberano, en cuanto a su Espíritu que es irrefutable en sus benditos designios.
- Nada hace oposición, oh Omnipotente, al eterno santuario de tu excelsa gracia.
- Y todo anhelo del Todopoderoso, se centraba en la gloriosa edificación del templo:
- Al ser manos humanas, las que culminen sus inexpugnables cimientos.
- Porque para los siete ojos de Dios, no pasará desapercibida ninguna vicisitud del paganismo del alma.
- Y es que, la ineludible pr provisión de tu sobrenatural diestra,
- oh Sumo Hacedor, es la síntesis de tu poder eterno.
- Nada convergía con el escepticismo del profano.
- E insoslayables son sus heraldos ungidos, testificando la indisolubilidad de su ubicua presencia.
- Paz de Cristo
sábado, 14 de diciembre de 2024
ZACARÍAS 4:1-14 EN CRISTO
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