Has traspasado la línea del no retorno;
y no existen límites para que el Rey de reyes y Señor de señores te unja.
Y he visto la gloria del Todopoderoso;
porque me ha elevado un palmo sobre las tinieblas de la tierra.
Deja a un lado tus fuerzas,
y ciñe tus lomos con el Espiritu del Redentor.
Qué sea el viento de Sion con sus majestuosa alas,
el que te permita llegar al perfecto santuario del amor.
Anhela su santidad,
y busca el rostro del Señor con el espíritu quebrantado.
Y sé un adorador en espíritu y en verdad,
para que con tu alma el Fiel y Verdadero pueda ser exaltado.
Sé en tu consagración,
la verdad guardándote en la Palabra.
Y, oh Señor Jesucristo, la vida mana de mi rendido corazón;
porque en su incesante palpitar te ama.
Oh Cordero inmolado,
en la cruz del Calvario concediste la salvación al malhechor arrepentido, en los últimos momentos de su existencia.
Haz, oh Señor, que tu revelación lleve a muchas almas a la convicción de haber pecado;
y antes de morir, manifiesten su solemne arrepentimiento, oh Rey de la gloria, en tu sobrenatural presencia.
Paz de Cristo
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