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martes, 13 de abril de 2021

MATEO 18:1O,11 EN CRISTO

  • Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos. 
  • Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.
  • Oh mi Cristo, tu paz y tu amor exceden en todo a nuestros pusilánimes conocimientos,
  • por ser nuestra precaria mente, en los principios sagrados, la de un advenedizo.
  •  
  • Jesús, enseña: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis, porque no sois mis ovejas, como os he dicho.
  • Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 
  • Oh Soberano Señor, tus verdaderas ovejas, no obvian ninguno de tus gloriosos prodigios;
  • porque por fe ven en el Espíritu; 
  • lo que en la carne le es imposible asumir, al que idolatra lo mundano.
  •  
  • La Biblia dice: Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. 
  • Si alguno habla, hable conforme a la palabra de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. 
  • Oh Altísimo Jesucristo, la solemnidad ha de ser rigurosa en los exhortos ministrados,
  • para que la presencia del Todopoderoso, nos eleve con sus santísimas alas al incomparable Edén. 

  • La Biblia enseña: Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir ocho, fueron salvadas por agua. 
  • El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo, quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades. 
  • De la gracia recibida, oh Omnipotente Señor y Salvador Jesucristo, depende nuestra alma;
  • y únicamente por tu magnificencia, oh Rey de la gloria, seremos almas celestiales.

  • Jesús, enfatiza: He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. 
  • Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. 
  • En cualquier caso, nuestra desnudez estará en su sagrada balanza;
  • para hacer la justicia perfecta, sobre lo digno y lo indigno. 
  •                      Paz de Cristo 

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