- Oh mi Cristo, la ambigüedad del ser humano preside todas sus acciones,
- dándole una exigua importancia a sus consecuencias.
- Qué sea tu gracia, oh Señor, imperando en las humanas decisiones,
- para que tu sobrenatural justicia, propicie en la indolente humanidad las grandiosas excelencias.
- Oh Rey de reyes, haz de la predicación del Evangelio,
- la bendita instrucción santa que frene la deriva del hombre hacia el abismo.
- ¿En qué tiempo de su existencia sabrá el inicuo, que las buenas nuevas de salvación eterna son la sagrada verdad que le pueden llevar al cielo?
- ¿Y cuándo la sabiduría de lo alto concernirá al que vive en el lodo hediondo, de que la Sagrada Escritura convertirá la maldad en bondad hasta en el más indigno?
- Oh Altísimo Jesucristo, Tú viniste a por los perdidos;
- a deshacer las obras del diablo.
- Circuncida, oh Rey de la gloria, a los corazones endurecidos,
- para purificar lo profundo de su obscuridad con el radiante candor de tu santísima mano.
- Para salvar a la magistral obra;
- Dios se despojó de su trono, y se manifestó en los días de su carne, como el Hijo del Hombre.
- Y porque para siempre es su misericordia, el Sumo Redentor quiere salvarte ahora,
- con la gracia celestial que eternamente saciará tu sed.
- En la cruz del Calvario,
- momentos antes de expirar, el Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, dijo: ¡Consumado es!
- No ha lugar más piedad, en la exaltación del perfecto santuario,
- que habernos redimido con su majestuoso perdón a todos los pecadores.
- Paz de Cristo
viernes, 16 de abril de 2021
RESUELVE SIEMPRE EN CRISTO
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