SANA TU ALMA EN CRISTO

• Jesús, dijo: Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. 
• Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.
• Oh Fiel y Verdadero, la predicación de tu Sagrada Palabra, cumple el propósito de salvar almas;
• porque ven, oh Señor, tu admirable luz, al salir del hediondo y entenebrecido pozo que somete de forma inmisericorde a los seres humanos en estado moribundo.
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• Rendirse a los pies del Altísimo Señor Jesucristo es el mayor honor de tu existencia.
• Has de menguar tú, para que crezca Él. 
• Y así, su excelsa gracia, 
• derramará sobrenaturalmente sobre tu ser el don de la fe. 
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• La Biblia dice: Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 
• Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 
• De tu poder vivificante somos linaje,
• oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo. 
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• Jesús, enseña: Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.
• Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que ellos sean santificados en la verdad. 
• Oh Cristo, en ti estamos seguros, aborreciendo las asechanzas del maligno,
• porque hemos sido engendrados por tu santa voluntad. 
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• Jesús, asevera: Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
• Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 
• Oh Santo de Israel, por tu Palabra soy sano;
• porque el que cree en tu nombre que es sobre todo nombre, vivirá contigo para siempre. 
•                    Paz de Cristo