SÉ DIGNO EN CRISTO

• Oh Cristo, exaltar tu nombre en adoración es la gran prerrogativa de nuestra vida;
• porqué nada ni nadie, pude suplir tan inconmensurable privilegio. 
• Buscad su rostro y predicad el Evangelio cada día, 
• y será proscrito de las profundidades de vuestra alma, el oprobio de lo necio. 
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• ¡Jesús te ama!
• No hagas desdén del santuario eterno.
• Oh Señor, tus misericordias son nuevas cada mañana; 
• y es que, estar en su glorioso regazo ha de ser nuestro ferviente anhelo.
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• Oh Cristo Redentor, 
• ningún ser humano asumirá el misterio de tu muerte, sepultura y resurrección;
• si no sabe que a Jesús, únicamente por el Espíritu se le puede llamar Señor;
• y así permanecerá su paz y su amor, en el sobrenatural pensamiento de tu corazón. 
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• La Biblia dice: Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
• Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. 
• Oh Sumo Alfarero, por tu gracia fuimos de nuevo creados,
• para ser probos vasos de honra, que rebosen santidad. 
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• Jesús, dijo: Éste es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come no muera.
• Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
• Indigno será, oh Rey de la gloria, el que de tu cuerpo comiera,
• si no hubiere purificado con quebrantamiento a los pies del Eterno, su espíritu moribundo. 
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•  Y también, el espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
• Pero hay algunos de vosotros que no creen. 
• Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, en ti mi alma confía, 
• para morar eternamente en la nueva Jerusalén. 
•                     Paz de Cristo