- Oh mi Cristo,
- ¿será que no ha lugar en el corazón humano tu santísima verdad?
- Sí, porque nuestro cuerpo es templo del Santo Espíritu;
- ¿pero es de su sagrado linaje nuestra advenediza santidad?
- Oh Cristo Redentor,
- Tú recriminaste a tus discípulos su incredulidad después de resucitado.
- Si el hecho de haber sido elegidos para ser tus santos heraldos, no fue óbice para que te profesaran al extremo su amor;
- ¿qué podrá acontecer en las obscuras profundidades del discípulo que obra en precario la sana doctrina; creyendo vanamente, oh gran Yo Soy, haber sido en tu majestuoso nombre santificado?
- Oh Rey de reyes,
- Tú has bendecido el maltrecho corazón de los que no han raido aún de su ser, el hedor del fango ancestral.
- En la angosta senda que nos muestra el horizonte Cristocéntrico, nos falta atar los infinitos cabos de tus excelsos bienes,
- que serán para salvación, oh Cristo Jesús, de tu eterna gloria; y el santísimo paso, que dará a nuestra alma la morada celestial.
- Paz de Cristo
domingo, 17 de diciembre de 2023
EL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD ES CONSUBSTANCIAL A LA SABIDURÍA DE LO ALTO, OH CRISTO
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