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domingo, 3 de diciembre de 2023

LUCAS 24:36-49 EN CRISTO

  • Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. 
  • Entonces espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu. 
  • Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos?
  • Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. 
  • Y diciendo esto les mostró las manos y los pies. 
  • Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis algo de comer?
  • Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel.
  • Y él lo tomó, y comió delante de ellos.
  • Y les dijo: Éstas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que estaba escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.
  • Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras. 
  • Y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día. 
  • Y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. 
  • Y vosotros sois testigos de estas cosas.
  • He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.
  • Oh mi Cristo, a tus palabras, no dieron crédito los empedernidos incrédulos.
  • No estuvo a su alcance el reconocimiento del Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo. 
  • Jesús los auxilió; como el día de la tempestad, estando con ellos, mandó que se calmara el mar, y que se callaran los huracanados vientos. 
  • Y les mostró los orificios de los clavos; y la herida del costado, 
  • que de gracia hizo el milagro de sanarles.
  • Y el Omnipotente rompió el hielo, al decirles que hambre tenía Él;
  • y para el ayuno deshacer, 
  • acto seguido pudo comer algunos alimentos.
  • Y se prodigó con su sagrada oratoria, contándoles del ministerio público los acontecimientos mas piadosos.
  • y con meridiana luz, les contó las vicisitudes más duras;
  • reseñando con gran regocijo, que a la muerte  pudo vencer porque para dar testimonio vivía. 
  • Y su testigo lo tomaron los heraldos, para anunciar: que el que creyere en el majestuoso nombre de Jesús, podría traspasar el umbral del Edén.
  • Y para rubricar estas bendiciones tan hermosas,
  • los ciento veinte reunidos el día de Pentecostes, recibieron del tercer cielo el glorioso bautismo del Espíritu Santo. 

  • Oh Sumo Hacedor, 
  • es tu magnificencia la que edificó nuestro espíritu, alma y cuerpo.
  • Y por la preeminencia del amor,
  • nos diste vida en la esplendorosa tierra del universo. 

  • Oh Rey de la gloria, 
  • nada tiene tanta belleza como tu excelsa paz.
  • Y únicamente el probo siervo que corones en victoria,
  • podrá ver tu santa faz.
  •               Paz de Cristo 

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