- Visión de Isaías Hijo de Amoz, la cual vio cerca de Judá y Jerusalén, en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá.
- Oid, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí.
- El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mí pueblo no tiene conocimiento.
- ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás.
- ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente.
- Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.
- Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida por extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños.
- Y queda la hija de Sión como enramada en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada.
- Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un resto pequeño, como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra.
- Oh mi Cristo, Tú nos has provisto de desmesurada santidad.
- Y es que, la gracia recibida tenía un eterno fin.
- El glorioso poder, oh Señor, ¿se nos pasó inadvertido aun con la unción del bíblico predicamento?
- Sin embargo, nos resta una nimia esperanza, de que por tu grandiosa misericordia nos libertarás.
- Aún, oh gran Dios, hemos de acrisolar nuestra septica iniquidad recurrente,
- con el quebrantamiento inusitado del que de corazón se arrepiente.
- Porque no tiene cabida en nuestra existencia ser más profanos,
- con una obscenidad despiadada,
- en la más entenebrecida mazmorra.
- Oh Rey de reyes y Señor de señores,
- tu piedad nos embarga el alma.
- Y clamamos al cielo, oh Santo, tus bendiciones,
- para anunciar con denuedo el Evangelio de la gracia.
- Oh Alfa y Omega,
- el culmen de la gloria y la honra,
- se hace real en tu excelsa diestra.
- Y en señal de rendición doblamos las rodillas, oh Eterno, ante tu sublime presencia.
- Paz de Cristo
martes, 5 de diciembre de 2023
ISAÍAS 1:1-9 EN CRISTO
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