Dad respuesta cuán resorte,
a la inmunda asechanza del maligno.
Resistid toda ofensa en el nombre de Jesús; y honradle, si es necesario, hasta con la propia muerte,
para magnificar el solemne reconocimiento de gloria al Señor Altísimo.
Predicad el Evangelio,
hasta lo último de la tierra.
Y que a su paso, como un huracanado viento,
salve almas moribundas con sus buenas nuevas de salvación eterna.
Elude las vanas contiendas del innombrable,
que te quitan la bendición del Rey de reyes.
Doblega, invocando el nombre de Jesús, lo abominable;
y clámale con fervor, para que derramé en tu vida sus misericordias y favores celestiales.
Difícil es soslayar la impureza,
que no agrada a Cristo Jesús.
Pero solo en su nombre que es sobre todo nombre, obra la bendita certeza,
que nos sacó de las tinieblas para ser hijos de luz.
El arma recurrente del impostor es el pensamiento concupiscente,
que revive el obsceno pasado.
Ponte el yelmo de salvacion y la coraza de justicia, que es el blindaje invencible del Señor Omnipotente.
Y de lo guardado, guarda tu corazón, que será el radiante día perfecto del ser bienaventurado.
Paz de Cristo
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