Como está escrito: No hay justo, ni aun uno.
La inercia del ser humano le lleva indefectiblemente a pecar.
Revestidos fuimos de Cristo en el bautismo,
para empezar con titubeantes pasos a amar.
Oh Cristo Jesús, tus pruebas disciplinan al que amas,
y nos vivifican, oh Señor, en tu continua adoración.
Me honrais con vuestras palabras,
pero habréis de refrendadlas con la pureza del genuino corazón.
En tu santuario formaste con extrema delicadeza mi ser, oh Sumo Hacedor;
y por tan intransferible prodigio, exalto tu omnisciencia con solemnidad reverente.
La creación de mi espiritu, alma y cuerpo, oh Rey de reyes, lo hizo irrepetible tu primor.
Y no hay galardón más grandioso, que poder vivir en tu morada eternamente.
El estigma del pecado original,
transformo el resplandor del alma humana en obscuridad.
Y el Hijo del Hombre, deshizo toda obra de naturaleza infernal,
al vencer con su muerte, y muerte de cruz al imperio de la muerte en el sacrificio del Calvario. Y fuimos redimidos de gracia por su preciosa sangre derramada, y justificados con su santísima verdad.
Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo,
nuestra muerte era segura por la comisión de execrables delitos y pecados.
Y el derramamiento del Santo Espíritu,
en un yermo desierto, nos hizo libres y bienaventurados.
Paz de Cristo
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