Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.
Y por gracia y no por obras seréis salvos.
La fe genuina en el Señor Jesucristo, a la excelencia de las obras es intrínseca.
Y su bondad, oh Redentor, se la propiciaste a los que habían de ser santos.
Porque sin convicción de pecado,
uno no habría creído en el Rey de reyes.
Y no serás salvo;
si de este don careciéres.
Y dice la Biblia: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.
Sí; porque tu inefable sabiduría, oh Sumo Hacedor, invalida todo conocimiento.
Las gloriosas revelaciones, del Evangelio emanan;
y de tus siervos son el sagrado sustento.
Jesús, dijo: El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
Y no hay disyuntiva: Estás con Cristo o contra Cristo.
El resplandor del bienaventurado,
obra en contraposición del errático proscrito.
La vida en santidad es consubstancial a la inocencia,
y revierte para salvación.
Oh Rey de la Gloria, al ser cabales en tu obediencia,
seremos dignos de tu soberano perdón.
Paz de Cristo
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