Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
Sabed que el principio de la sabiduría es el temor de Jehová.
Si el mundo supiera que por el conocimiento de la Palabra, su soñoliento espíritu se vivificaría;
y una radiante luz resplandeciera en su alma, al creer en el Rey de reyes la santificación propiciará.
Los ríos de agua viva surcan el contrito corazón,
cuando la pureza se magnifica en su quebrantamiento.
Y no exite mayor sacrificio a la sazón,
que se pueda ofrendar al Fundamento.
Oh Señor Jesucristo, los prodigiosos milagros se sucedieron en tu ministerio público,
con una piadosa bondad.
Pero el ser humano escudado en un deambular errático;
obvió su sagrado reconocimiento, distorsionando la verdad.
Porque tu misericordia es para siempre, oh Sumo Redentor,
confiamos sin tacha en tu sublime compasión.
Dios es amor,
y nos proveerá de su indefectible perdón.
Diametralmente contrario a la hipocresía,
es el árbol que da buenos frutos.
Los mimbres del Evangelio de Cristo, han blindado al converso frente a la apostasía,
que preservarán para su salvación a los santos discípulos.
Paz de Cristo
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