- Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
- Mas os he dicho, que aunque me habéis visto no creéis.
- Sí, para el ser humano, el fin justifica los medios; y en esto, oh Señor, se muestra contrario a la verdad.
- Nada os será sustento de vida eterna; porque en la perversidad carnal pereceréis.
- Y también: Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
- Y ésta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.
- Este es el pensamiento glorioso del Padre eterno, que en carne se nanifestó;
- y ha derramado sobre sus genuinos siervos, los celestiales prodigios que para su gloria hace visibles el Fiel y Verdadero.
- La veleidad humana distorsiona a su antojo, oh Cristo Jesús,
- tu Sagrada Escritura.
- Y aún creen ser hijos de luz,
- contraviniendo los principios bíblicos con su fatua impostura.
- Jesús, aseveró: El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
- Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quienes eran los que no creían, y quién le había de entregar.
- Buscad ante toda vicisitud, la excelsa diestra del Omnipotente Señor Jesucristo para que os bendiga;
- que es el primero que os amó, y al único que fervientemente debéis amar.
- Los tibios nunca serán del agrado del Altísimo Señor y Salvador Jesucristo.
- La omnisciencia del Rey de reyes y Señor de señores,
- sabe en su eternidad de tu obscuro fingimiento;
- y Él no inclinará su oído para salvar a los hipócritas, que de la gloria no anhelaban ser sus eternos moradores.
- Paz de Cristo
martes, 15 de diciembre de 2020
¿BUSCAS LO TEMPORAL EN CRISTO?
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