PROVERBIOS 2:6-8 EN CRISTO

• Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.
• Él provee de sana sabiduría a los rectos; es escudo a los que caminan rectamente.
• La revelación de tu nombre, oh Señor Jesús, nos abre la puerta de mayor excelencia, 
• para que podamos vivir santa y piadosamente.
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• Jesús, dijo: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
• Jesucristo es la Palabra; y ser dignos de recibirla es nuestro máximo reto.
• Eternos son sus mimbres; 
• y los que sustentan nuestra vida, para traspasar el umbral del inescrutable cielo.
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• La Biblia dice: Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. 
• Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes, y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas; para que sean vuestros días, y los  días de vuestros hijos, tan numerosos sobre la tierra que Jehová juró a vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra.
• Oh Altísimo Señor, la revelada eternidad de tu Sagrada Palabra, es el conocimiento más excelso, para tus escogidos hijos,
• que atesoran en su intimidad de forma inmerecida. 
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• Oh Sumo Creador, 
• Tú nos has dado provisión de todo lo que hemos necesitado para nuestro existir, incluyendo la edificación de nuestro espíritu, a través de tu Sagrado Escrito.
• Y, oh mi Cristo, tan inconmensurable fue tu amor, que en tu nombre nos arrepentimos,  y recibimos el bautismo para el perdón de pecados, para ser por gracia de tu creación, oh Señor, siervos de un nuevo nacimiento. 
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• Reiteradas advertencias hemos de oír, oh Rey de reyes, 
• de tu eternidad, para ser ceñidos por la sabiduría y el propósito de tu santísima verdad.
• Y no nos bastan cada día tus misericordias y favores,
• para reconocer en tu glorioso nombre, que hemos de vivir en santidad.
•                          Paz de Cristo