SANTIAGO 1:19-21 EN CRISTO

• Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
• Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. 
• La inseguridad es la razón que nos hace ser atrabiliarios;
• al no haber entendido, que del Rey de reyes cada mañana son nuevas sus misericordias, para que nuestras diarias acciones sean benditas. 
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• La Biblia dice: Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
• Dependemos absolutamente, oh Fiel y Verdadero, de que inclines tu oído a nuestro clamor. 
• No nos conformemos a la advenediza ambigüedad,
• siendo la resultante de no escudriñar la Sagrada Escritura, que nos insta a santificarnos con su loor.
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• Jesús, dijo: Sed santos, porque yo soy santo. 
• Él tenía el anhelo de que transcendiera en nosotros su sobrenatural gloria. 
• Nada le fue obstaculo,
• para que en su nombre que es sobre todo nombre, revirtiera en nuestras almas la eterna victoria. 
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• Y también: Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 
• Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 
• Nadie ante tu presencia, oh Sumo Hacedor, sabrá dar cuenta de sus pecados más recónditos;
• pero el Señor Omnipotente, conoce si en tu alma hubo una perfecta enmienda.
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• El ser humano en su precario conocimiento, 
• no ha podido asimilar lo que es la eterna salvación.
• Y aunque en la Biblia enseñas, oh Rey de la gloria, que el amor ha de ser sin fingimiento;
• como santísimo ejemplo, oh Altísimo Señor y Salvador Jesucristo, en la cruz del Calvario nos exhortaste con tu sublime y majestuoso perdón. 
•                           Paz de Cristo