- Matará al malo la maldad, y los que aborrecen al justo serán condenados.
- Jehová redime el alma de sus siervos, y no serán condenados cuantos en él confían.
- Tu sometimiento al maligno te lleva a cometer actos depravados,
- que se tornan en sendas perversas, cuando a la confusión y vergüenza por la eternidad te guían.
- Las trampas del mundo,
- son las asechanzas pergeñadas minuciosamente por el enemigo.
- Y es que, en el pecaminoso espíritu moribundo,
- solo el diablo actúa como testigo.
- Busca el rostro de Cristo,
- ante cualquier vicisitud.
- Porque únicamete en la verdad del Santo Espíritu,
- tendrás nítida percepción de su admirable luz.
- En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
- El que cree e mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
- Y fue en Jerusalén, el día de Pentecostés, cuando cada uno de los ciento veinte reunidos, recibir el Espíritu Santo anhelaba,
- para que el poder de lo alto en su alma perviviera.
- Cuando mueras,
- que tu muerte sea en el Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo.
- Ata de la sana doctrina todos los cabos que puedas;
- para que en la gloria eterna, mores con el Santo Espíritu.
- Paz de Cristo
viernes, 18 de diciembre de 2020
SALMO 34:21,22 EN CRISTO
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