- Oh Cristo, Tú eres el alto y sublime que habita la eternidad.
- Y no hay siervo fiel, oh Señor, sino el que está crucificado contigo en la cruz.
- Mi anhelo es morir, para vivir en el eterno gozo de tu majestuosa verdad,
- oh Altísimo Cristo Jesús.
- Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo,
- la inmensidad de tu amor da siempre la victoria a los desiertos del alma.
- Y es que, confío plenamente en el santisimo propósito del Sagrado Escrito,
- que anuncia la salvación del que más nos ama.
- La errática voluntad del ser humano,
- es definida inequívocamente por su manifiesta incredulidad.
- Oh Soberano Señor, recriminaste a tus discípulos la falta de fe; y aún uno, tuvo que palpar tu sagrada llaga con su mano,
- para rendirse y exaltar al gran Yo Soy de eterna majestuosidad.
- La propia prudencia sin sabiduría de lo alto,
- de nada le sirve a la advenediza humanidad.
- Inexorablemente se cumplirá lo que dice el Santo,
- que nos juzgará con la excelsa diestra de su piedad.
- Oh Omnipotente Redentor,
- has tenido un grandioso celo en que tu obra maestra fuera salva.
- Pero los que a tu muerte, y muerte de cruz en el Calvario no le dieron valor;
- les espera la confusión y vergüenza, en el infierno que nunca se apaga.
- Paz de Cristo
lunes, 28 de diciembre de 2020
SAGRADO ES TU AMOR, OH CRISTO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario