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martes, 9 de febrero de 2021

HECHOS 20:35,36 EN CRISTO

  • En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo; Más bienaventurado es dar que recibir. 
  • Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos. 
  • Demos siempre el máximo de nuestras fuerzas, sin fingir.
  • Y abundando en servir al Rey de la gloria; no ser de la Iglesia de Cristo, tropezaderos.

  • Jesús, enseña: Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. 
  • Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
  • No existe mayor satisfacción, que haber quedado exhausto tras haber predicado al Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, en una intemporal vigilia,
  • para ser de salvación a los apóstatas e inconversos.

  • Y también: Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. 
  • Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. 
  • Oh Cristo Jesús, Tú tocaste fondo en la cruz del Calvario, con los que te vituperaron y escarnecieron.
  • Y en tu memoria, hasta el fin de la tierra anunciaremos la sana doctrina, como tus genuinos testigos.

  • La Biblia enseña: Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste.
  • Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
  • Y es que, a la Sagrada Palabra de Dios has de consagrarte;
  • porque es donde los corazones inseguros, nunca dudan.

  • La Biblia asevera: Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. 
  • Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie. 
  • Oh Alfa y Omega, en tu arrebatamiento estarán todas las almas santas;
  • y por lo mismo se quedarán, las almas que a tu Palabra no obedecen.
  •                           Paz de Cristo 

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