- De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
- De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.
- Oh mi Cristo, el alma que se ha negado a sí misma, será eternamente bendecida;
- pero las almas que desecharon tu Palabra la eterna condenación recibirán.
- La Biblia dice: Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que solo piensan en lo terrenal.
- Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
- Oh Cristo Jesús, tus verdaderos hijos, con anhelo esperamos tu arrebatamiento celestial;
- porque de lo alto son tus dádivas gloriosas.
- Jesús, dijo: Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.
- He aquí yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
- Guárdame, oh Señor, del abominable anatema,
- con el que todo apóstata manifiesta su execrable afrenta.
- Jesús, asevera: Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso del alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; y le daré la estrella de la mañana.
- El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
- Oh Sumo Creador, la unción que derramas de tu gloria siempre nos acompaña;
- y es que, en nuestro corazón vive el Salvador del mundo; porque en su nombre somos almas benditas.
- Oh Alto y Sublime, nuestra fe se regocija en tu inefable salvación;
- porque nuestros días contamos para poder ver tu sagrada faz.
- Sabemos que en el libro de la vida se compendia cada oración,
- que hemos elevado a tu sobrenatural santuario en espíritu y en verdad.
- Paz de Cristo
viernes, 26 de febrero de 2021
JUAN 5:24,25 EN CRISTO
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Ciudadanía celestial
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