¡ELIGE SIEMPRE LA VIDA EN CRISTO!

• Jesús, dijo: No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.
• Y también: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 
• No hagas nada, sin el conocimiento bíblico de lo que haces.
• Y persevera en Jesucristo hasta el fin.
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• La Biblia dice: Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
• Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
• Oh mi Cristo Jesús, Tú predicas la santidad, que es la antítesis de lo infame.
• Confiad en sus huellas sagradas, y optad por la senda angosta; porque por la ancha pereceréis.
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• La Biblia enseña: Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. 
• Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza; contra tales cosas no hay ley.
• Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, irreprensibles e incorruptibles han de ser tus genuinos siervos;
• para invocar tu santo nombre, hasta los límites del universo, hoy.
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• Reprobado es el yermo desierto, oh Alto y Sublime, 
• con tu majestuosa presencia. 
• Y no existe vicisitud que a tus discípulos derribe;
• si les sustenta, oh Señor, la diestra de tu magnificencia.
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• La Biblia asevera, Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación, conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte.
• Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
• Y es que, el que en Cristo muere, 
• eternamente será revestido del glorioso loor de la excelencia. 
•                          Paz de Cristo