LA SANTIDAD, SENDA DE GLORIA EN CRISTO

• La Biblia dice: Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado. 
• Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. 
• Oh Alto y Sublime, Tú eres la luz que permanece. Y no ha existido ni existirá tan radiante fulgor, para tan grandiosa transcendencia de ser bienaventurado.
• Porque, oh Alfa y Omega, no habita la eternidad, sino un único Dios, en la gloriosa exaltación del Todopoderoso Cristo Redentor. 
•  
• Oh Santo de Israel, 
• la santidad emana de la huella sagrada de tus pasos.
• Todo el universo se postra genuflexo ante el que es Verdadero y Fiel;
• porque gracia sobre gracia, es ser en su nombre genuinamente santos. 
• 
  
• Oh mi Cristo, ¿quién ha discernido la magnificencia de tu majestuoso perdón en la cruz del Calvario?
• Nadie tiene sabiduría de lo alto, para inquirir en lo que pronunció el Rey de reyes, en su voluntario sacrificio de gozosa justificación. 
• Y es en su eterno santuario,
• donde se origina el misterio de la piedad, para ser sus engendrados hijos de salvación.
• 
  
• Oh Sumo Creador, 
• ignota y abominable es nuestra perversidad. 
• Nunca hemos enaltecido la excelencia del amor,
• para tener un perpetuo encuentro, oh Señor de señores, con tu majestuosa verdad.
•  
• Cíñete de por vida, 
• la coraza de justicia y el yelmo de salvación. 
• Oh Altísimo Señor Jesucristo, Tú eres la senda santísima;
• y en su peregrinar verán la eterna gloria, los que se hayan consagrado de corazón.
•                         Paz de Cristo