EL MALIGNO URDE LA TRAMPA, TÚ CONFÍA EN CRISTO

• La Biblia dice: Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. 
• Todo aquel que pernanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. 
• Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. 
• El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. 
• Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. 
• En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. 
• Oh mi Cristo, Tú eres el autor y consumador de la fe;
• y el que se niega a sí mismo, será siempre por tu gracia bendecido.
• Oh Altísimo Cristo, 
• al que verdaderamente te ama, en todas las cosas le eres propicio, para de la maldad preservarlo.
• Y es que, los que son tus genuinos siervos, 
• oh Señor, están a tu santo nombre consagrados.
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• Oh Cristo Jesús, 
• los que prestan su oído a la perversidad del maligno, 
• oirán con perplejidad que el Todopoderoso vive en la inaccesible luz,
• por cuanto es revelación del Espíritu. 
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• Oh Sumo Alfarero, 
• en tu rueda tuviste que moldear a los vasos escogidos;
• para hechos de nuevo, 
• predicar el santo Evangelio, a los que al mal estaban sometidos. 
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• Oh Santo, 
• Tú raiste,
• todas las ancestrales inmundicias del diablo,
• del que indubitablemente, oh Rey de la gloria, te amó hasta la muerte.
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• Oh Eterno, 
• tu llamado de salvación es para toda la humanidad. 
• Pero morará contigo en el cielo, 
• oh Rey de reyes, toda alma que se haya rendido a la única y santísima verdad.
•              Paz de Cristo