- Oh mi Cristo,
- de la humanidad, no te agradaron las ancestrales andaduras.
- Y es que en las profundidades del abismo,
- fueron abominables e immundas.
- Oh Santo de Israel,
- con perfectísima justicia,
- Tú pesas al piadoso corazón en santidad, y al séptico más abominable;
- y así, exaltar la celestial sabiduría, y renunciar a la obscura estulticia.
- Oh Hijo del Hombre,
- nada de lo oculto y tenebroso del ser humano, puede seguir manifestando su disoluta arbitrariedad hoy.
- E invocaremos con fervor tu glorioso nombre,
- oh gran Yo Soy.
- Oh Cristo Redentor,
- lavados fuimos por tu majestuosa sangre, para predicar el Evangelio de la gracia a toda criatura.
- Y con tu inmolación en la cruz del Calvario, oh Santo, resplandeció en todo el universo el excelso amor,
- para dar cumplimiento a la Sagrada Escritura.
- Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo,
- tu adorador siempre será incorruptible y digno.
- Y confrontará toda verdad con el Santo Espíritu,
- para advertir que no se ha salido del eterno camino.
- Paz de Cristo
jueves, 26 de enero de 2023
EN LO SÓRDIDO NUNCA TE ENCONTRARÉ, OH CRISTO
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