- Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió; y el que me ve, ve al que me envió.
- Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
- Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.
- El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.
- Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.
- Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.
- Oh mi Cristo, en tu glorioso nombre toda la Sagrada Escritura se cumplió;
- porque solo en tu gracia, se manifiestan las sobrenaturales glorias.
- Oh Cristo Jesús, Tú viniste a deshacer las obras del diablo inmundo;
- y en consonancia, su obscurantismo séptico.
- Y poder glorificar,
- al que el universo hizo.
- Oh Sumo Hacedor,
- la altivez en el ser humano, Tú la pones en cuarentena.
- Y porque de todo conocimiento excede tu amor,
- ninguna obra bella habrá sin tu presencia.
- Oh Cristo Jesús,
- el que no adora a tu santo nombre, es el profano.
- Y es que, no ha interiorizado la celestial plenitud;
- porque para verte, oh Señor, nunca hasta el ras del suelo, su estatura ha menguado.
- Oh Rey de reyes,
- un palmo he de añadir a mi espíritu, para ver la eternidad.
- Y recibiré tus piadosas bendiciones,
- concirniéndome de la santísima verdad.
- Oh Eterno,
- sueño con vivír en la áurea Jerusalén de gloria.
- Y me arrebatarás con tu amada Iglesia al cielo,
- en la más primorosa victoria.
- Paz de Cristo
domingo, 1 de enero de 2023
MENGUA TÚ PARA QUE CREZCA ÉL
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