- La Bibia dice: Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios.
- Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
- Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan.
- Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura.
- Sus pies se apresuran para derramar sangre; quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz.
- No hay temor de Dios delante de sus ojos.
- Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningún ser humamo será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
- Oh mi Cristo, un exiguo número de siervos llevan el yelmo de salvación y la coraza de justicia de estar a tu santo nombre consagrados;
- mostrándose con un carácter esquivo y taciturno.
- Y su faz enmascaran,
- dejando atras la gloriosa realidad de ser una nueva criatura.
- Ya rasgaron las vestiduras de su santidad,
- en el obscurantismo de sus enojos;
- porque se disipó la idea de que no hay otro camino, sino el del Altísimo Señor Jesucristo, para ser al fin bienaventurado.
- Oh Santo de Israel,
- en tu ministerio público, las hordas farisaicas, buscaron con su sibilina mente la burda manera de dar a conocer que Tú eras un impostor.
- Pero lo que no sabían, oh Señor, es que Tú eras el autor y consumador de la fe;
- y que tu bíblico cumplimiento, era la redención de toda la humanidad pecadora, inmolandote en la cruz del Calvario, con la piadosa excelencia de tu amor.
- Oh Cristo Jesús,
- nada dejaste al azar, en tu muerte, sepultura y resurrección.
- Y es que, en la justicia de tu majestuosa luz,
- se provee de la única y eterna salvación.
- Oh Hijo del Hombre,
- Tú has asumido la gran misericordia de revelarnos la Sagrada Palabra.
- Y tus genuinos heraldos estamos testificando en tu glorioso nombre,
- que en su extrema obediencia está la salvación del alma.
- Oh Eterno,
- tu excelsa gracia nos ha dado una nueva existencia.
- Y gracias damos al cielo,
- por ser los escogidos adoradores, que nos quebrantamos en tu gloriosa presencia.
- Paz de Cristo
miércoles, 4 de enero de 2023
LA HUMANIDAD SUBESTIMA CON JACTANCIA TU GLORIA, OH CRISTO
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